Como todos sabemos, uno de los principales objetivos de las
empresas, hoy en día, tanto del entorno público o privado, es reducir costes.
Así que, los proveedores de servicios se están encontrando en todas las
licitaciones de este año, que el criterio
preponderante para la valoración de las propuestas es el precio.
¿Y cuál es el resultado en muchos casos?, que por reducir
una escasa cifra económica se tienen que asumir otra serie de costes, en
algunos casos por falta de solvencia técnica o incompatibilidades de un nuevo
proveedor o producto, que superan con creces los ahorros esperados.
Eso sin considerar que encuentras procesos de adjudicación
de contratos donde un mismo servicio de un cliente figura en dos pliegos o RFPs
distintas, es decir, el cliente está pagando dos veces por un mismo servicio.
Siempre ha existido un debate en el constatado GAP entre lo
que obtiene el cliente y lo que espera el cliente, lo que han denominado como
la “sorpresa del cliente”, pero es que
en algunos casos es bien difícil, saber qué se espera y por tanto afinar el
presupuesto y ajustar los costes. Como publicaba en unos post anteriores
Antonio del Valle, no hay mayor perjuicio, tanto para el cliente como para el
proveedor, que una RFP genérica o con un alto grado de incertidumbre.
Planificar, analizar, diseñar y luego implementar y medir,
en definitiva cumplir con todas las fases de la Gestión Financiera ayuda a esa
tan deseada eficiencia económica. Tener
un buen y bien definido Plan financiero de TI (IT Financial Plan) y
planes de mejora de proveedores de Servicios
(Supplier Service Improvement Plans) puede ahorrarnos muchos costes
ocultos y evitarnos inversiones innecesarias.
Aclararía que los planes y estudios deberían tener un nivel de detalle acorde a las metas y riesgos. Esfuerzo e inversión adecuada, pero en cualquier caso necesaria.
ResponderEliminarMuy de acuerdo a lo comentado:
por ahorrar incurrimos en nuevos riesgos que pueden costar más. Moraleja: analicemos y evaluemos consecuencias si no queremos sorpresas.